Mis días sin ti.
POR Iciar Sanchez Montero
17/05/2023
La última noche solo fue el principio de mis días sin ti.
Tenías razón.
Era una cita heroína, solo probarla una vez es suficiente para correr el riesgo de anhelar la sensación de tenerte con más intensidad.
Cuando aparecen mis días sin ti es deseo, locura, ansiedad, culpa y miedo de la absurda esclavitud que supone necesitarte cerca, desear muy dentro de la piel. Una oportunidad para reconocer la divina humanidad que habito.
Aparecen sin previo aviso y el regalo es recordar la manera de amar incondicionalmente, como suelo hacerlo, allí donde estés, haciendo lo que estés haciendo y con quién sea.
Tener y poseer no es amor incondicional. Espero paciente aceptando que así también es perfecto, permitiéndome aprender.
El deseo está hecho de la necesidad. Y el placer es solo ese instante fugaz y efímero al sentir el descanso de necesitar. El amor nunca puede acabar ni empezar, simplemente siempre está.
No imaginaba hasta dónde podía calar el recuerdo de palabras, cuerpos, sonrisas, complicidad y misterio. No sabía que sería tan real replicar tus caricias.
Un proceso adaptado perfectamente para recordar que solo desde la plenitud se puede compartir el amor, de otra manera se comparten otras cosas, pero no será amor.
Y me enfado con el mundo intentando descifrar cómo encajar estos días. Hasta que llega la certeza de que mis días sin ti son la oportunidad de completarme y se desvela el regalo: el deseo inherente del alma siempre es AMAR
Gracias.
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Que divino es ser humana es una serie de relatos que abrazan y describen lo que supone la identificación con la forma y el personaje. Cómo sufrimos cuando intentamos nutrirnos de amor y plenitud completando los deseos de la mente.
A la vez es necesario transitar las experiencias, liberar la energía, soltar, dejar ir para darnos cuenta que sólo atravesando el miedo podemos encontrar nuestra propia naturaleza: seres de amor infinitos, abundantes , sin carencias ni errores creados por la divinidad a su imagen y semejanza.